Dejarse llevar por el amor propio
TXT Lina Holtzman Warszawski
Ya lo saben: Le ponemos más vida a la vida al conocer personas que por ser fieles a sí mismas nos dejan lecciones de vida invaluables; por ello agradecemos la confianza de sentarse con nosotros y ser “solamente” Lidia ÉriKa. Súmate a esta charla entre dos amigas que recién se reconocen. ¡Advertencia!
El contenido incluye altos índices de honestidad.
Por 34 años esta mujer nos ha entretenido. Y parece ser que ahora nos tocó a nosotros el papel que ella normalmente realiza… “ No sabes lo bien que me la he pasado con ustedes. ¡Lo emocionada que estaba por hacer esta portada! Cuando Yanko (quien me ha llevado por muchos años) me la confirmó no lo podía creer. ¡Gracias!”, nos dice abrazándonos con la mirada.
Lina Holtzman: Dices: “Yanko me ha llevado”, ¿qué necesitas tú para confiar en alguien, de manera que también permitas no nada más que te acompañe en el camino, sino que te lleve?
Lidia Ávila: ¿Sabes? Yo soy muy transparente y muy honesta; me gusta la gente igual, que me hable con la verdad, que no me diga lo que quiero oír, porque en este medio la gente se acerca a ti, queriendo llegar bien, diciéndote lo que quieres oír. Eso no es lo que a mí me gusta, a mí me llegas por otro lado, al ser honesto y diciéndome la verdad. En esta pandemia, un día me sentí un poco perdida y necesité reencontrarme. ¿Quién soy yo cuando no estoy en OV7? ¿Qué hago ahora de mamá 24 x 7?
Lina: Es importante sentarnos, a menudo, y evaluar no sólo el ¿qué hago?, sino el ¿quién soy?
Lidia: ¡Exactamente! Al principio dijiste algo bien padre que nunca me habían dicho y es cierto, yo soy Lidia Ávila, la misma que ves cantar, la misma que está en mi casa con mis hijos, la artista, la que sale en las revistas. Yo soy la misma, no creas que lo hago planeado, yo soy yo, lo que ven en las redes sociales; a veces estoy bien, a veces no, a veces estoy con filtro, a veces sin filtro; con maquillaje, sin maquillaje, pero siempre trato de mostrarme como soy.
Lina: ¿Cómo has logrado mantener esa coherencia?
Lidia: En mi caso, la verdad, tengo un ejemplo en mi papá y mi mamá, quienes me educaron siempre por la derecha, bajo la honestidad, siempre fiel a tus principios, nunca comprometer tu ética ni profesional, ni personal; siempre decir la verdad, creo que eso me ha mantenido así como soy y la gente lo agradece. A veces no les gusta que les diga mi pensar o lo que siento, y como soy norteña, de pronto tengo un acento un poco fuerte y parece que estoy enojada; me ha costado un poco de trabajo, tanto en lo laboral como ahora con mis hijos, pues de repente me dicen “¡mamá, no me hables así!” y yo les digo que así es como hablo. Mi marido igual me dice que uso el mismo tono para felicitar que para regañar, de pronto el mismo tono fuerte… Todo se lo debo a mis papás, siempre me han mantenido así, para ellos soy Lidia Érika y eso es lo que me mantiene siempre fiel a mis creencias.
Lina: Lidia Érika, acabas de decir algo que me parece importantísimo, hablaste de la fidelidad, es algo que de pronto damos por hecho o de repente lo sacamos de la ecuación de la vida.
Lidia: Correcto. Creo que sí se empieza por ser fiel con uno mismo, si no eres fiel contigo mismo, entonces no podrás serlo con los demás y con lo que crees, lo que piensas; esté bien o esté mal, eso no tiene nada que ver, así me educaron, así he crecido y así es mi vida hoy. Eso trato de inculcarles a mis hijos, que sean fieles a lo que ellos quieren, a lo que ellos piensan y a la familia, que para mí siempre ha sido, y es, lo más importante.
Lina: Es que, al final o al principio, tenemos el privilegio de tener una familia que nos enseña a volar, que nos permite caernos con la certeza de que habrá alguien ahí para protegernos; que te contenga, pero que al mismo tiempo te diga: “te ayudo a zurcir tu alita o las dos alitas, pero vas de nuevo”.
Lidia: En mi familia yo fui la más pequeña de seis hermanos, siempre crecí con esa seguridad de que tenía a un equipo detrás de mí cobijándome, apoyándome; podríamos decir que fui una niña consentida, en el buen sentido de la palabra, nunca fui caprichosa ni berrinchuda, ni creída. Mis papás son personas sencillas, mi papá trabajó toda su vida, mi mamá se dedicó a la casa, somos una familia muy tradicional. Siento que eso tiene mucho que ver, crecer con esta seguridad e ir por la vida sabedora de que tengo un equipo atrás y pase lo que pase ahí está y siempre me apoya.
Lina: Al principio mencionaste eso, que describe perfectamente el “fui consentida, fui protegida, fui guiada” y utilizaste el término “llevar”, fuiste llevada y cuando uno es llevado, se convierte en un ser humano que lleva también a los demás…
Lidia: …A pesar de todo, soy una persona que me dejo llevar, que me dejo guiar. No sé si te diste cuenta: no había espejos en ningún lado y me tomé las fotos sin haber visto cómo iba a salir… Yo confío en la gente.
Lina: ¿En qué basas ese factor confianza?
Lidia: Confío mucho en mi intuición, que casi nunca se equivoca… Leo a la gente, que cuando va por una cosa transparente me abro al cien por ciento. Al principio puedo ser un poco seria o reservada, pero cuando alguien me llega directo al corazón, me abro como el Borras.
Lina: Lo vi, lo noté hoy, y hablando de esa confianza, quiero ahondar, si me permites, Lidia Érika…
Lidia: ¡Me encanta, Lidia Érika, mi mamá estará muy feliz!
Lina: Señora, usted hizo algo muy bueno, que me imagino que es un poco el resultado de cómo es usted como mujer y desde aquí le mando muchos saludos, querida mamá de Lidia Érika.
Lidia: Hago un paréntesis: Hablé con ella de camino a las fotos, le conté de la revista y me dijo: “Mijita repíteme, lo voy a apuntar para comprarla”, y le contesté: “Ma, yo te aviso, no te preocupes, yo te regalo una”. A la fecha aún guardan todo, periódicos, revistas, lo que salga; mis papás guardan todo de su hija.
Lina: Ellos seguramente son quienes, con el ejemplo, te enseñaron a confiar en ti; esa confianza es como el Glow!: Si lo tienes… ¡Se nota! Porque no puedes fingir haber encendido tu luz interior, que al final también es posible sustituir por el término “me amo y confío en mí”; sin embargo, la autoconfianza, como el glow, a veces se disminuye por factores externos cuando nos afecta una persona que está a nuestro lado, una situación que estamos viviendo. ¿Cómo logras tú, después de haberte perdido, por llamarlo de alguna manera, recuperarte y volver a confiar en ti y en la vida?
Lidia: Me han pasado cosas que han marcado mi vida de una manera muy peculiar; sí, he pasado por momentos bien difíciles que no le deseo a nadie: la muerte de una hija, a los ocho meses un divorcio, recientemente la muerte de la única hermana de mi mamá (que era como mi hermana mayor), y el fallecimiento de mi hermano. Ese tipo de cosas me han hecho ver la vida desde otra perspectiva, no darle importancia a lo que no la tiene, porque a veces uno se preocupa por cada cosa, que pierde de vista lo de verdad importante. Me encontré con un hombre, mi esposo, nos complementamos durísimo, él es médico, yo artista, no tenemos nada que ver en nuestras profesiones; sin embargo, hacemos un gran equipo y él en la pandemia también abría las cortinas y me decía “párese a hacer ejercicio, están los niños”, pero después de todos los episodios que estoy mencionándote, sacas otra fortaleza que tal vez no conocías y te dices “después de eso, esto no puede ser tan grave para mí, tengo que salir adelante”.
Lina: Hablando de tu esposo, que es médico, él se dedica a sanar, pero al mismo tiempo, creo que todos tenemos esa posibilidad de curar, en el sentido de –me voy a proyectar y voy a hablar más de mi tipo de curación, que es más bien curaduría– que es seleccionar ¿con quién?, seleccionar ¿qué? y seleccionar ¿cuándo? ¿Cómo se han curado ustedes dos? Pero en los dos sentidos, en el sentido de sanar y en el sentido de haberse elegido, y llevarse –volvemos al término que tú misma acuñaste–de la mano en este camino que llamamos vida.
Lidia: Pues mira lo has dicho muy bien, los dos somos divorciados y creo que cuando nos encontramos fue algo así de: “yo soy esto, quiero esto de la vida; tú ¿qué plan tienes?”, porque si no para qué empezamos algo que no va para el mismo rumbo, ya si funciona en el camino o no, estará increíble. Y funcionó muy rápido, porque nos casamos a los siete meses; vamos a cumplir once años de casados, tenemos dos hijos maravillosos, él tiene uno de su primer matrimonio. Él tiene la ventaja, a diferencia mía, de que pocas veces se enoja, siempre está de buen humor y ve el lado positivo.
Lina: ¿Tú te enojas mucho?
Lidia: Tengo carácter fuerte, soy muy explosiva, muy desesperada.
Lina: Pero a ver, ¿no luego confundimos ser enojón con tener carácter fuerte, intenso?
Lidia: Sí, creo que lo dije mal, no soy tan enojona, pero sí soy de carácter fuerte y me desespero rápido; él es un poco más paciente y si las cosas no salen bien, él ve el lado positivo, siempre está con una sonrisa en la cara. Igual con los niños, yo a la primera ya estoy pegando de gritos y él me dice “no grites, cálmate por favor, sé más paciente”; creo que nos complementamos muy bien y nos sabemos llevar.
Lina: Claro y así es como se llevan; se acompañan en el camino y se llevan.
Lidia: Ahora yo ya soy su manager de medicina, lo ando vendiendo con todas las personas, es cirujano plástico, cuando quieran. Él me encanta porque cuando lo conocí ni recitaba, hoy ya canta, se adapta un poco a lo que a mí me gusta y yo intento entender a lo que él se dedica.
Lina: Estoy escuchándote y, más que nunca, pienso que no creo en la perfección ni en las casualidades; mi papá desde muy pequeña me enseñó que existen las causalidades, y el hecho de que hoy estés en la portada de la edición verano, es una total y absoluta causalidad. Te escucho y recuerdo que nuestro motivo de esta edición se gestó un poquito en la edición primavera, porque mi hermana, que es una querida colaboradora de la revista, dijo: “Cuidado con el exceso de adaptación, porque corremos el riesgo de la desaparición”. Entonces decidimos continuar este dialogo en la edición verano, no hay que adaptarse o morir, hay que desadaptarse para vivir.
Lidia: Y ¿sabes por qué? Porque todo pasa, lo bueno pasa, lo malo pasa, todo pasa.
Lina: Entonces los que nos desadaptamos; es decir, los que por la buena o por la mala nos encontramos y generamos esa confianza en quiénes somos y no en qué hacemos, y no en qué tenemos, es entonces que estamos viviendo porque generamos un color único, una esencia, una individualidad. Entonces estoy oyéndote y digo: “¡Claro, eres una desadaptada!”.
Lidia: Y desde hace muchos años.
Lina: Cuando a mí me dicen “estás loca”, respondo: “Gracias a D-os o a mi familia, que me hizo única y por ello entonces te resulto distinta, porque al final del día soy yo”.
Lidia: Exactamente. Justo ayer en la noche platicaba eso con mi esposo, pues mi hija tiene el pelo muy chino y en cambio yo, lacio; para ella es un contraste, pero yo le digo que es única. También cuando la molestan en la escuela por tener la voz ronca, le digo: “Tienes la voz más hermosa del mundo y eres única”; desde chiquitos hay que enseñarles eso.
Lina: Y además predicarles con el ejemplo, porque las palabras son muy baratas y hoy con las redes sociales todo mundo dice lo que quiere.
Lidia: Qué terrible que ahora la fuente de todo sea Tik Tok, o un influencer y no, ¡hay libros!
Lina: Por eso hice énfasis hace rato en la fidelidad, porque sobre todo con la llovizna de mensajes en redes sociales están presionándonos a ser perfectos, cuando se nos olvida que mejor hay que ser fiel a uno mismo.
Lidia: Yo te pongo este ejemplo, cuando empezó la pandemia y las redes sociales eran lo único que había, todo mundo haciendo de todo, abrí un canal de Youtube, le dije a mis seguidores “pero no esperen que suba material cada semana”, no soy yo, pues no vivo pegada al celular, yo disfruto la vida y soy muy transparente. Por eso me encantó lo que me dijiste al principio, porque yo las cosas que hago las hago porque me gustan; si me va a contratar una marca y anuncio un producto es porque lo uso, porque lo creo y porque me funciona, incluso en muchas ocasiones no me pagan, mas soy honesta y eso quiero inculcarle a mis hijos, que no hagan las cosas por pertenecer, pues sería muy grave.
Lina: Ya que tocas ese tema, hay un término que a mí no me agrada, pero ahora es muy popular: la monetización, no todo en la vida es la monetización.
Lidia: Muchas veces he dicho que no, que aunque me paguen no me interesa, porque no va conmigo, con la persona que soy.
Lina: Lo mismo hago y, por supuesto, la revista GLOW! (y la revista Black). Se trata, de nuevo, de sernos fieles a nosotros mismos.
Lidia: Ahora, como los OV7 decimos mucho: “Ok sí está padrísimo, tienes 20 millones de seguidores, ganas millones al año y ¿qué haces? ¿Cuál es tu profesión? ¿Cuál es tu talento?”. Qué complicado.
Lina: Siempre he dicho que nunca he oído a un experto en un tema autonombrarse experto. Hoy todos tienen la fórmula perfecta para ser joven, ser feliz, ser sano, ser guapo. ¿Cuándo han oído a un Premio Nobel decir “me considero un experto en medicina o en tratados de paz?”
Lidia: Tienes toda la razón (ríe). Qué complicado, para mí, que tengo hijos chiquitos, digo: ¿Qué les espera?
Lina: Lo único que sé es que en ese camino tienen a un papá y a una mamá que están llevándolos desde una trinchera de honestidad y con la intención de que sean fieles.
Lidia: Y yo soy de la idea de no crear niños de cristal, porque ahora casi no les puedes decir nada; el respeto se perdió, es una cosa muy complicada y yo soy de la vieja escuela, igual que mi marido, y sí le decimos a nuestros hijos que los adultos se respetan (por ejemplo, su maestra), les enseñamos a decir gracias, por favor, a levantar su plato.
Lina: Lo acabas de decir hace rato al asegurar que fuiste muy consentida, pero no en el sentido de que todo se te cumplía, sino en cuanto a que fuiste amada.
Lidia: Exactamente y sigo siéndolo hoy. Diario hablo con mi mamá.
Lina: Ahora, volviendo a tu grupo de amigos y colegas, los OV7 ¿Cómo se mantienen fieles a su estilo y entre ustedes?
Lidia: A nosotros nos tocó empezar desde muy chiquitos… Hicimos acetatos, nos presentamos en “Siempre en Domingo”… Nos tocó ver toda esta transformación de la música… Todavía vendimos un millón y medio de copias, sólo en México, de uno de nuestros discos, nos entregaron disco de diamante por eso; aunque ahora ya no hay disco de oro, hoy te dan un reconocimiento por reproducciones. Entre los siete somos muy diferentes, a mí me encanta el regional mexicano, el mariachi, la música bohemia, Óscar es más alternativo, pero juntamos ese rompecabezas y entonces armamos la imagen y el sonido de OV7. Hoy, que grabamos canciones nuevas en 2023, es un dilema, porque decimos “¿qué hacemos?” Porque no vamos a grabar reggaetón ni electrónico. OV7 tiene un sonido muy claro, tanto musical como vocal; cuando las siete voces se juntan, sucede la magia. La prueba es que llevamos desde septiembre pasado casi 50 conciertos en México y en Estados Unidos ¡y vamos por más!
Lina: Me hablas de OV7, pero siento que me hablas de ti, que estás proyectándote, pues hablas de una voz particular, de una desadaptación con causa, para ponerle más vida a la vida. Tengo tres últimas preguntas para ti:
Lidia: A ver, échalas.
- En GLOW! siempre decimos: “Si lo tienes… ¡Se nota!”. Te puedes maquillar o peinar muy bonito, portar preciosos vestidos y magníficas joyas, pero es el glow de un ser humano el que le da esplendor a la vida. ¿Qué es lo que tú tienes Lidia Érika, que se nota?
“Soy más transparente que el agua, no puedo fingir, no puedo mentir, a veces eso me ha causado problemas, lo bueno o lo malo se me nota. Soy la combinación perfecta entre mi papá y mi mamá. A mí no me quieras mentir porque me pierdes durísimo para siempre”. - A mí me gusta decir que estamos en este plano, aquí y ahora, para ponerle más vida a la vida, distinguiendo entre el estar y el ser ¿cómo le pones más vida a tu vida?
“Tengo dos motorcitos, que son mis hijos… Porque, la verdad, estos últimos meses han sido muy difíciles con la pérdida de mi hermano; éramos seis pero él y yo siempre fuimos muy cercanos, entonces he tenido días muy duros. Me veo reflejada en ambos… Ellos le ponen más vida a mi vida”. - Finalmente: En la última página de GLOW! siempre les escribo una nota a los lectores y su manifestación comienza con “Mi lujo personal”, que justamente fue la única frase publicada en la histórica portada de lanzamiento de la revista, hace 18 años. Lidia Érika: ¿cuál es tu lujo personal?
“Hacer lo que más amo en esta vida y que me paguen; que sea no trabajar, porque es mi lujo personal”.