Nuevos sitios de espíritu, gozo y memoria

TXT Lina Holtzman Warszawski

Orhan Pamuk, el escritor turco, dice que los museos son lugares donde el tiempo se transforma en espacio. En la frase del Nobel de Literatura 2006 hay una reflexión que vuelve tangible lo intangible. La memoria, las ideas, las sensaciones acaban por condensarse en objetos que se reúnen en un sitio solo para catapultarse más lejos. Por más paredes que tengan, estos son lugares abiertos. Lo que allí se muestra, de una u otra manera, avanza con los visitantes que entran y salen por sus puertas. 

En el mundo hay más de 55 mil museos, albergados en 202 países. Tan solo en México existen alrededor de mil 300 de esos espacios, sin contar galerías y otros sitios dedicados a la exhibición de arte y promoción del acervo cultural. Según datos de la unesco, estos lugares de exposición y conservación se incrementaron internacionalmente en 70% desde 1975. Más del 50% se encuentran en Estados Unidos, lo que sigue la lógica del crecimiento en los países con mayores recursos financieros; sin embargo, esta dinámica no se concentra en el mundo occidental, pues en la actualidad otra poderosa zona económica del mundo está dando de qué hablar al respecto.

Del otro lado del planeta

El Museo de Louvre de París es el recinto más visitado en todo el mundo. Tiene una afluencia de siete millones
y medio de visitantes al año, lo que
significa el acceso de 40 de ellos por segundo que buscan admirar sus 40 mil obras expuestas. 

El otro Louvre, el de Abu Dabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos, ubicada frente al territorio continental en una isla del Golfo Pérsico, empezó a gestarse a raíz de un acuerdo surgido entre Francia y este país en 2007. 

El edificio fue proyectado por el famoso arquitecto francés Jean Nouvel, quien, por cierto, fue el encargado de concebir otro importante recinto que está a punto de abrir sus puertas en estas latitudes del mundo. Se trata del Museo Nacional de Catar, ubicado en la capital del país, Doha. Oficialmente nombrado como el Estado de Catar (escrito Qatar según la nomenclatura de la onu), este es un país árabe situado en el oeste de Asia y que ocupa una pequeña península en el este. El espacio arquitectónico es considerado en sí mismo una obra de arte. Nouvel decidió construir un símbolo arquitectónico que sintetizara la idea de modernización que vive este país, sin despegarse de sus raíces culturales. 

De este modo, se inspiró en las formas minerales típicas de las zonas desérticas, conocidas como “rosas del desierto”. Estas rocas, caracterizadas por sus cristales lenticulares, asemejan a pétalos que se reúnen en una formación floral, por lo cual la edificación se ve desde las alturas como una serie de estructuras circulares entrelazadas que abrazan el Palacio del Emir, alrededor del cual está construido este nuevo espacio con tecnología de punta y una infraestructura que integra salas de exhibición, auditorio, restaurantes e incluso un centro de investigación. El 28 de marzo es la fecha tentativa de inauguración del que ha sido definido por el propio Nouvel como un “caravasar moderno”, el lugar donde descansaban las caravanas en travesía por el desierto.

Gracias al petróleo y sus grandes reservas de gas natural, esta parte del mundo sigue concentrando recursos financieros que también se cristalizan en espacios para la cultura. De regreso a los Emiratos Árabes Unidos, las ideas del mañana serán proyectadas en otro lugar de avanzada edificación. El Museo del Futuro, en Dubái, es un homenaje al arte de la tecnología. Fue concebido para funcionar como una incubadora de proyectos y la idea es que sea un sitio donde confluyan y se exhiban las mayores innovaciones tecnológicas del mundo.

Se busca que este recinto, construido con las herramientas de la impresión en 3D, se inaugure a mediados de 2019. Albergará un grupo de laboratorios de innovación, así como espacios de exhibición centrados en diferentes áreas, como salud, educación, ciudades inteligentes, energía y transporte. Los visitantes podrán experimentar el futuro a través de simulaciones de vanguardia y demostraciones interactivas donde la realidad virtual, la realidad aumentada y la inteligencia artificial serán apenas el inicio del menú.

Energía hídrica y cultura pop sin muros

El mar y las diferentes geografías que alimenta siempre han sido motivo de inspiración en la arquitectura. Un nuevo sitio en México que celebra su influjo es el Ik Lab, en Tulum, Quintana Roo, una galería de arte contemporáneo concebida por uno de los herederos de la dinastía Guggenheim. Establecido en el interior del complejo del hotel boutique Azulik, el proyecto se desarrolla paralelamente al de una escuela de arte y una residencia artística multidisciplinaria.  

Hablando de espacios para el arte que buscan fundirse con el entorno se encuentra The Shed, en Nueva York, el cual está diseñado para, literalmente, adaptarse y expandirse según las necesidades de las diversas propuestas. El caparazón de la edificación fue creado como una estructura móvil que se desplaza gracias a una serie de rieles colocados sobre una plaza en el extremo occidental de Manhattan. El 5 de abril se inaugurará este centro de creación artística que busca promover las artes visuales y escénicas, así como la diversa gama de intereses que la cultura pop integra; un lugar en donde los muros no separan, sino transforman, abren y acogen, tal como el mundo lo clama.