Shira Haas Glow!

TXT Lina Holtzman Warszawski

Ya sabemos que con Unorthodox, la serie que se convirtió en un fenómeno en Netflix, se catapultó como la “it girl” de la pantalla chica este año. Pero en la vida de Shira hay varios antes y varios después. Al conversar con ella, no podemos pasar por alto esos acontecimientos previos que la marcaron, y las transformaciones que sufrió.

“Puedes seguir siendo religioso, conservador, de izquierda o de derecha y, aun así, más abierto a lo que la vida te pone en frente”

Vamos por partes, desde su infancia hasta su vida actual: su niñez en Tel Aviv, una enfermedad que combatió siendo una pequeñita, las clases de teatro en su preparatoria, las incontables audiciones y los rechazos, el papel que le dio el ‘Oscar’ israelí, las series y películas que la pusieron en el radar internacional. 

Hija de un matrimonio de dos emprendedores que se dedican al comercio y la asesoría financiera, Shira superó el cáncer de riñón cuando tan solo tenía dos años. Al llevarla sus padres a una revisión de rutina, la enfermedad fue detectada a tiempo y pasó un tiempo prolongado en tratamiento, con quimioterapia y alimentos especializados; al ingresar a remisión, sus padres escucharon a los doctores con varias advertencias, entre ellas, que la estatura más alta a la que podría aspirar sería 1.40 mts, y que quizás tuviera problemas para prácticar deporte de alto impacto.

Es menudita, mide 1.57 mts., y nunca le gustaron los deportes de rendimiento profesional. Practicó algo de futbol y natación, pero siempre se inclinó más por correr, aunque dice que es floja para el entrenamiento. “Si mis amigas no me empujan a hacerlo, la flojera me gana y me subo a la caminadora que tengo en casa”, contó cuando conversaba con fans en redes sociales. Ahí hay un antes y un después. 

Dicho sea de paso, de haber tenido 33 mil seguidores en Instagram, la actriz llegó al medio millón gracias a Unorthodox (Poco Ortodoxa, en español). Se volvió, además de una actriz muy popular, también una figura que es sinónimo de monetización en redes y de mucho arrastre entre las jovencitas que quieren parecerse a ella: talentosa, famosa, linda. 

En la preparatoria, consiguió los honores en las clases de actuación y artes corporales y fue elegida como una de las mejores de su clase en la Escuela Israelí de Artes Thelma Yellin, en donde comenzó con intervenciones en Ghetto, de Joshua Sonaba, y Ricardo III, de Shakespeare. 

Soy muy tímida, me cuesta trabajo hablar en público y, sobre todo, utilizar las palabras adecuadas durante una entrevista. La actuación me ha ayudado a disminuirlo”. 

Glow!

Descarga nuestra revista digital

Hace cinco años intervino con un pequeño papel en la ópera prima de Natalie Portman, Un Cuento de Amor y Oscuridad, la cual filmó totalmente en hebreo y que fue para la hoy estrella un gran logro en su carrera. 

“Natalie es un modelo a seguir, una mujer que ha logrado papeles poderosos y llenos de esperanza. Ha sabido entenderse con la industria y ha sido un ejemplo. Aunque filmé muy poco con ella, el contacto que tuvimos fue fabuloso y siento que fue un aliciente para mi trabajo en cine”, puntualizó durante la presentación de dicho largometraje. 

Esa película fue definitoria en el rumbo de Shira. Los productores de una serie en ciernes se enteraron de su presencia al verla, la llamaron para una audición y no tuvo más que recitar lo que le pidió uno de los directores para que todos la aprobaran de inmediato. ¿De qué hablamos? De Ruchama Weiss, el controvertido y muy pasional personaje que hizo en Shtisel. En esta producción independiente, que Netflix lanzó desde hace tres años pero de la que pocos habían reparado, generó interés en el público internacional por la narrativa sobre unas familias ultraortodoxas judías en comunidades de Israel. 

“Me entusiasma mucho que la serie continúe”, contó cuando se le presuntó sobre los planes que viene para  Shtisel, que teóricamente tendría su tercera temporada lista para otoño pero que, por razones de la pandemia, el rodaje que se haría en marzo pasado se tuvo que postergar. Se encuentran produciéndola al momento de imprimir esta edición.  

Y después de haber intervenido en The Zookeeper’s Wife, con Jesicca Chastain, también participó en María Magdalena, con Joaquin Phoenix y Rooney Mara. 

Todos estos peldaños significaron parte del ascenso, claro y seguro, de la hoy estrella de 25 años, en su carrera. Dice que fue aprendizaje en la vida real, cursos en vida práctica. Le gusta conversar con sus colegas con los que trabaja y, sin duda, el mejor recuerdo que tiene del cine es con Chastain. 

“Amo a Jessica, es la mejor compañera y una persona muy muy cuidadosa y cariñosa, está al pendiente de quien trabaja con ella y de quien la acompaña. Creo que es una líder natural, ella podría ser una estupenda política o productora, ya no se diga directora. Sabe cómo hablar, cómo gestionar, cómo negociar, cómo intervenir. Creo que ese es un don que no todos tenemos. Yo soy muy curiosa y ella me hizo serlo aún mucho más”. 

Cuando habla de la teleserie que la puso en el candelero, recuerda que el nombre de posproducción se llamó The Orchestra hasta el primer día de rodaje, para evitar filtraciones. “No esperaba el revuelo que causó la serie porque hay temas fabulosos en las diversas plataformas o espacios de hoy en día, pero por algo llamó la atención, por algo gustó, y eso fue fenomenal porque se acomodó a un tiempo muy importante: el de la libertad de decidir”, afirmó Haas durante la promoción de la teleserie.

“En general, pensamos que la libertad es ser moderna, liberal, estar a la moda y marcar tendencia, y no creo que vaya por ahí. Me parece muy subjetivo, yo pienso que la libertad está en el deseo de decidir lo que uno quiere y no atarse algo que lastima. Puedes ser muy libre para tener pareja o una profesión que te apasiona, pero vives atado a miedos o prejuicios, aunque sean mínimos, como las malas decisiones del alcalde de tu vecindario o los malestares que te genera algo que te daña, pero sigues ahí; siento que la libertad debería ser más práctica y menos poética. Tenemos que agarrar la vida con la manos y hacerla nuestra de una manera libre y sin ataduras. Pero puedes seguir siendo, religioso, conservador, de izquierda o de derecha y, aun así, más abierto a lo que la vida te pone en frente”, asegura cándidamente.  

La entrevista completa está en nuestra reciente edición. La puedes bajar aquí mismo o comprarla en papel (¡Una belleza, la verdad!) en Supermercados y Sanborns.